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Este artículo trata sobre la obsesión (sin sentido) que sufren algunos instrumentistas de viento relativa a la búsqueda de la boquilla perfecta, pero está dirigido a todo tipo de instrumentistas ya que quizás seas uno de esos músicos que siempre andan en busca del último gadget, micro, ampli, cuerdas, incluso instrumento nuevo, etc… ese elemento que “justo te falta y que te hará mejorar y subir como la espuma en popularidad…”
Por otro lado, quizás seas uno de esos otros que siguen usando exactamente el mismo material que han utilizado los últimos quince años, ajenos a modas y tendencias, convencidos de que el material que usan cumple perfectamente con sus expectativas… Sea cual sea tu caso te invito a reflexionar y si eres saxofonista concretamente, te voy a desvelar los secretos que se esconden dentro de una boquilla.
En el caso de los instrumentistas de viento, la boquilla es, sin duda, el elemento que más dudas nos genera a la hora de decidirnos por una; y es que son tantas las posibilidades y tantos los distintos timbres que podemos conseguir, que es normal que andemos obsesionados hasta el punto de acabar con “boquillitis”.
Aquí muestro de forma resumida cómo afectan al sonido final cada uno de los elementos que compondrían la totalidad de la cadena sonora:
Para entender cómo funciona todo y cómo afecta cada variante a nuestro sonido deberíamos hablar tanto de los materiales de construcción, como de su forma interna. Ambos elementos repercuten enormemente en el sonido y su proyección.
Podemos encontrar boquillas de madera, de metal, de ebonita, de cerámica, de cristal, de plástico, etc… cada una con características propias.
Materiales más comunes:
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Ebonita (Hard Rubber): Gracias a que Charles Goodyear descubriera el proceso de vulcanizado en 1839, a través del cual se le da rigidez al caucho, las boquillas se empezaron a construir del producto resultante: la ebonita. Y aún hoy sigue siendo uno de los materiales más usados para la producción de boquillas por el poco coste del material, las cualidades sonoras, la facilidad al trabajarlo, etc. Además es un material que a diferencia de la madera, no se altera con el tiempo o los cambios de temperatura y humedad, por lo que mantiene su forma con precisión. Hay que tener en cuenta el grosor del material, ya que cuanto más finas son las paredes de ebonita peor es el sonido resultante y menos centrado es el sonido. Aunque es un material resistente puede saltar en pedazos si se golpea o se cae al suelo.
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Latón: Sin duda, junto a las boquillas de ebonita, las boquillas de latón gozan de una gran popularidad. Solemos generalizar y llamar “boquillas de metal” a las boquillas construidas en latón aunque también se usan otros tipos de metal en la construcción de boquillas como veremos a continuación. Entre las características principales esta aleación, que contiene al menos un 20% de cobre y el resto de estaño, encontramos un sonido claro, vibrante y lleno de proyección. Por otra parte, tenemos que tomar en consideración que a largo plazo tienden a oxidarse al perder el baño de laca u oro que suelen traer. Así mismo, otros metales nos ofrecerán distintos resultados.
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Madera: Las primeras boquillas para instrumentos de viento madera se solían hacer de maderas relativamente blandas y fáciles de trabajar provenientes de árboles frutales y de ellas se obtenía un sonido cálido y rico. Sin embargo, más tarde se cambió a maderas más duras y densas, como el Granadillo o el Palo Rosa -hay que tener en cuenta que estas maderas son tan densas que ni siquiera flotan en el agua-. El sonido que producen es más brillante y rico en armónicos del rango medio. Es decir que las boquillas de Granadillo mejoran, realzan e intensifican el sonido propio del saxofón. Aún habiendo cuidado apropiadamente la madera, siempre pueden resquebrajarse al igual que el cuerpo de un clarinete o un oboe con los cambios bruscos de temperatura y humedad.
Otros materiales:
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Plástico: normalmente las asociamos con las boquillas de poca calidad que vienen incluidas en el estuche del saxo cuando te has decidido por comprar uno nuevo. Normalmente han sido construidas para que los estudiantes den sus primeros pasos. Sin embargo, prestigiosas marcas como Brilhart o Runyon también han utilizado el plástico como parte de la composición de sus boquillas profesionales. Gene Ammons o Charlie Parker hicieron maravillas con ese tipo de piezas.
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Cerámica: según Aaron Drake (saxofonista y fabricante de boquillas) las características que ofrece una boquilla de cerámica son: un sonido brillante, vibrante y nítido, facilidad para distinguir una articulación pulcra y clara, facilidad para ejecutar distintas dinámicas, estabilidad en la afinación, respuesta inmediata en todo el rango del instrumento… Según él, la dureza y densidad de la superficie cerámica ofrece muy poca o casi nula resistencia al paso del aire. Otra ventaja es que nunca se oxida o corroe, por otra parte la cerámica es casi tan frágil como el cristal.
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Cristal: Es un material usado sobre todo por clarinetistas. Su sonido, como no podía ser de otro modo, es “cristalino”. Y como todos sabemos el principal punto en contra es que se trata de un material extremadamente frágil, además de que produce menos volumen que una boquilla de ebonita.
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Silverite: Usada en las boquillas Booby Dukoff desde los años 70. A pesar del nombre se trata de una aleación libre de plata. Se compone de un 98% estaño y un 2% de cobre. Es bastante blanda y hay que manejarla con cuidado para no deformarla (por ejemplo con un golpe). Entre los usuarios de esta tipo de material se encuentran un joven Michael Brecker a finales de los 70, Kirk Whalum o Gerald Albright.
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Acero inoxidable: El acero inoxidable tiene un timbre más brillante y estéril que el latón. Las boquillas Berg Larsen están hechas de acero inoxidable y Sonny Rollins o Jan Garbarek son unos de los principales saxofonistas que las han usado durante años.
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Tendemos a pensar que el material de construcción es el elemento que define el sonido que producimos, pero hay que entender que aunque influye indudablemente en la calidad del sonido, la proyección y la respuesta, en realidad el elemento más influyente en el sonido en el caso de las boquillas es una de las partes internas de las mismas llamada bafle. Pero eso lo discutiremos muy pronto en la segunda parte de este artículo.
Post de Abraham de Román, Jefe de Estudios y Coordinador del Dpto. de Viento y de Jazz de MrJam CMM.